30. "Torneu a casa, si us plau".

No hay casi nadie a las once de la noche en el Virchow Klinikum. Te atienden muy rápido. Te has cortado el dedo con una lata de aceitunas y lleva tres horas sangrando. El doctor es muy simpático y cuando se da cuenta de que tu alemán es macarrónico, pasa directamente al inglés. Te piensas que te van a coser la herida con cincuenta puntos pero lo único que hacen es presionarla con una tirita muy pequeña blanca. Cuando el doctor simpático se va, llega el enfermero. Es un alemán muy alto y fuerte, completamente rapado al cero, con todos los brazos tatuados y dilataciones bien grandes en las orejas. La enfermera que entra después para darle no sé qué papeles tiene el pelo teñido de azul. Te ponen la inyección del tétano y te hacen rellenar un montón de documentos. Mientras, el enfermero se traslada por la habitación arrastrándose con la silla de ruedas:

- Ahh... I love these chairs... -. Dice mientras te mira y te guiña el ojo.

Ya estás lista. Te ha vendado toda la mano izquierda para que, según palabras textuales suyas, “parezca todo más dramático”. Cuando llegas a casa, te cambias rápidamente porque hoy has preferido la vida social a la nevera menos vacía. Tus amigos se han ofrecido a invitarte a un par de copas, así que vas a salir para recuperar el tiempo perdido.

Pasáis la noche en un bar perdido de Neukölln. Nada más entrar, una bocanada de humo de cigarro os da la bienvenida. Os adentráis en el bar, escudriñados por la mirada de unos cuantos viejos alemanes que juegan a las cartas. Al fondo, una gran mesa ocupada por grandes mujeres alemanas que beben cerveza y juegan a los dardos. Las grandotas mujeres alemanas os miran con recelo, pero poco a poco se hacen amigas y acabáis echando unas cuantas partidas juntos. Como siempre, un par de cervezas se convierten en muchísimas, tantas, que es imposible de recordar.

Gracias a la alineación de los planetas, el invierno berlinés no ha durado mucho. A excepción de esas dos o tres semanas de -20 y pico grados, este año la temperatura se ha mantenido constante desde finales de agosto.

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2 comentarios:

  1. Que tal está ese dedo? Estuve pensando hace poco en como se sienten los padres cuyos hijos están en el extranjero y tiene que ser raro pasar de hijo que se aleja a padre que es alejado.

    En fin, estaria bien tener mas entradas del blog en breve...nunca me entero de las fechas en que escribes. No hay cronologia de los posts verdad? De hecho no se cuando te ha pasado todo eso del hospital y de la borrachera.

    Un saludo aventurera.

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    1. Hola Hank (Moody?) :p , gracias por comentar y sobre todo gracias por leer... Pues la verdad es que no tengo cronología porque no tengo todo el tiempo que me gustaría para escribir y mucho menos para inspirarme. A parte de que Berlín es una ciudad cero inspiradora para el romanticismo, que es principalmente mi materia prima. Bueno, no sé si sabrás que todo esto que escribo es ficción basada en la realidad... el dedo me lo corté hace mucho tiempo!! Así que sólo baso mis experiencias y las mezclo, las exagero y las invento. Supongo que es lo que tiene una mente como la mía, que me invento las cosas. ¿no? :D De todas maneras, tengo el capítulo nuevo desde hace dos meses pero no hay manera de acabarlo, no sé qué me pasa... Pero si le das a "me gusta" en MadeinBarna Facebook, te enterarás cada vez que los subo :D

      MERCI!!!

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