Luz. Mucha luz. Estás en el suelo tumbada y sólo ves
luz. Y delante de esa luz, Jesucristo te pregunta:
Are you ok? Hehh... Are you ok?
De tu estado de inconsciencia sólo recuerdas creer
haber muerto y preguntarte si es cierto que la globalización ha
llegado hasta el más allá y es por eso por lo que Jesús te habla
en inglés... ¿Y si llegas a ser Ana Botella? ¿Cómo te hubieses
comunicado con Jesucristo? Mm... qué lástima que no seas Ana
Botella, eso significaría que... Bueno, menos mal que, al menos,
Jesucristo no habla alemán. Eso te tranquiliza... morir y no poder
comunicarte con Dios debe de ser una mierda. Aunque tú no crees en
Dios... si no fuera porque se necesitan muchos papeleos para volverse
agnóstica, ya lo serías. Quizás el hecho de no ser creyente es el
motivo por el que le temes tanto a la muerte. Siempre tuviste pánico
de la muerte. Desde
muy pequeña, de hecho. El proceso siempre empieza así:
"yo, yo, bueno, tú, yo, tú,
yo, tú que estás aquí, que soy yo, yo voy a dejar de ver, de
sentir, de tocar. Yo, yo, yo..."
Y a cada 'yo' estás más dentro
de ti, tan dentro de ti que te sientes más “tú” que nunca y
tienes un miedo atroz a dejar de serlo. Dejar de vivir... En
realidad, a ti la muerte no te da miedo, lo que te aterroriza es
dejar de vivir. Que, aunque no lo parezca, son enfoques diferentes
ante un mismo tema. Supones.
Curiosamente, ahora que crees que has muerto, sientes
una paz y tranquilidad tremenda. “Ah... menos mal, todo ha acabado,
ya no habrá que luchar más. Ya no hay nada ni nadie a quien
impresionar. Ya no hay políticos de mierda, ni falsos ricos
progresistas que creen que el hecho de votar a un partido de
izquierdas y apadrinar a un niño chino soluciona el pecado de su
estatus social. ¡Malditos hipócritas! Ya no hay nada de eso... Ni
pedos, ni dolores de barriga, ni síndrome del colon irritable; adiós
a los lavabos sucios, al “mierda, no hay
papel”... Adiós a todo eso... ahora sólo
toca dormir... qué rico... dormir... dormir...”. Y la luz y
Jesucristo se difuminan con el terciopelo negro del sueño, que
siempre lo envuelve todo.
Pero un rato después (no sabes cuánto rato después,
sólo sabes que sucede después), te despiertas en tu cama. Nada más
abrir los ojos, la jodida luz que entra por las enormes ventanas de
tu habitación, te ciega. Sientes como si el enorme culo de alguna
gorda funcionaria alemana estuviese sobre tu cabeza... tienes tanto
dolor que el movimiento de tus ojos se ve reducido a 10º, con lo que
sólo puedes mirar al frente. Y, ahí, delante tuyo, ves una guitarra
apoyada en la pared. ¿Desde cuándo tienes tú una guitarra? Quizás
es cierto que has muerto y en esta tu nueva vida sabes tocar la
guitarra.
Te levantas para ir al baño a hacer pipí (malpensados)
y de camino te miras en el espejo del pasillo y te ves un terrible
grano en la frente. Después de ese grano, ves que tienes otros
cuantos alrededor de toda la cara. Una expresión de terror se
apodera de tu rostro. Recuerdas aquella mañana de primavera cuando
ibas a cuarto de la ESO, aquella mañana en la que te despertaste en
toda tu esplendor adolescente dispuesta a arreglarte para ir al
colegio como si fueras a ir a la discoteca, te miraste al espejo y
detectaste un grano en el labio, luego un grano al lado del ojo,
luego un grano en la sien... y pensaste “qué coño pasa aquí”.
Descubriste que esos granos eran inexplotables así que por inercia
te quitaste la camiseta del pijama y tachán,
toda tú estabas llena de enormes ronchas rojas. Mierda. Pensaste. La
varicela. Adiós preciosa cara de piel turgente, eso pasa por ser tan
presumida. Que todos los granos te salen en la cara. Y todos los
niñatos se van a burlar de ti. Cruel adolescencia.
Así que ahora, enfrente de tu espejo de tu casa en
Berlín, once años después, crees vivir un dejà
vu. Con la
cara convertida en una carnicería, haces pipí y vuelves a tu
habitación. Y allí, sentado en tu cama, está Jesucristo.
- Ahhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
- What the fuck?- dice Jesus.
- What the fuck? What the fuck, you! What... Who...
When... Why...???- y mientras intentas formular la pregunta correcta,
las lagunas mentales de la noche anterior se van disipando-. Oh...
no...
Te sientas en la cama, te frotas la cabeza y muy
avergonzada por tu cara hecha un cristo, le preguntas a Jesús:
- Did we have sex last night?
Todavía no eres agnóstica, vas a ir directa al
infierno por cometer actos sexuales con Jesucristo. Aunque si te
quedaras embarazada MadeinBarna podría ser la biblia de la nueva
era. El manuscrito del segundo origen, como el de Pedrolo pero con
menos encanto. En mi biblia, Jesús fumaría marihuana, porque es
precisamente lo que está haciendo mientras te responde:
-No... -, contesta mientras practica algunos acordes con esa guitarra misteriosa y repentinamente aparecida en tu habitación que, al parecer, es suya.
Te alivias, no porque no quieras tener nada con Jesús,
sino porque es una lástima no recordar nada de una noche con ese
bombón hipster de pelo largo y acento americano.
[...] Si quieres seguir leyendo, puedes conseguir el libro en www.madeinbarna.com ¡¡RESOLUCIÓN DE LA HISTORIA Y CAPÍTULOS INÉDITOS!!
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