15. El beso y la mierda.


De las paredes de la habitación del chico berlinés cuelgan unos farolillos rojos ahora encendidos. No sabes por qué pero Berlín está llena de farolillos o de luces rojas y por la noche todo se ve de ese color. Puede que sea algún remember comunista, no lo sabes, pero tampoco quieres indagar demasiado en el pasado de estas personas tan curiosas.

Ahora ya son las siete de la mañana. Has pasado toda la noche con el chico berlinés, conversando delante de un bidón contenedor de madera en llamas en el exterior de una antigua fábrica de hielo, ahora convertida en discoteca. Habéis hablado sobre muchas cosas frente al fuego. Por ejemplo, has recurrido a tu tema básico del cine. Te acuerdas del sueco. Te preguntas cuándo fue la última vez que supiste de él. Aunque poco te importa. A decir verdad, nunca te ha importado demasiado. Al lado vuestro, en el suelo, descansan un par de botellas de cerveza y alguna que otra de Club Mate. Habéis decidido quedaros a ver el amanecer. Poco a poco se va haciendo de día pero el chico berlinés todavía no te ha besado. Ha habido un par de tentativas mientras bailabais techno allá adentro. Pero nada. Demasiado alemán. Aunque vista ropa vintage y lleve sombreritos en la cabeza. A veces no sabes si le gustas. Igual es gay, piensas. A lo mejor le caes bien y sólo te llama para divertirse un poco. Aunque hace pocos minutos te ha separado del resto del grupo para decirte al oído: “Hey, what do you think about spending one night with me in the best hotel here?”. A lo que tú has respondio “sure, I have money enough to pay it”. Evidentemente es una respuesta irónica a

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2 comentarios:

  1. 9,75?? Pues serás la única! me estoy riendo mucho leyendo tus post, de verdad que tienes mucha gracia explicando las cosas!

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  2. Merci!!! Ya sé, ya sé!! Dicen que son muy sosos......... Hay que saber buscar!! :p

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